miércoles, 18 de abril de 2012

Traducir mediante una memoria de traducción: funciones y herramientas básicas

Funciones comunes a todos los programas de memorias de traducción

Estas últimas clases de Informática las hemos dedicado a seguir trabajando con las memorias de traducción. Como ya he dicho en varias ocasiones (Memorias de traducción: ¿amigo o enemigo?), las memorias de traducción son una herramienta fundamental para el traductor, puesto que le permiten ser más eficiente, además de que le aseguran una coherencia interna en el texto (es decir, que no traducirá un mismo término de formas distintas) y también le aseguran que no cometerá errores de léxico en su traducción. A pesar de que es mejor que dichas memorias cuenten con material previamente almacenado, el traductor también puede trabajar con ellas aunque no tenga nada almacenado (e, incluso, puede ir almacenando lo que desee conforme vaya traduciendo, lo cual sería muy beneficioso para él).

Captura de pantalla del programa de memoria de
traducción Déjà Vu.
Existen distintos tipos de programas de memorias de traducción: los hay de pago y los hay de código abierto; del primer tipo, tenemos Déjà Vu, que es el que estamos utilizando en clase; del segundo tipo, un ejemplo sería OmegaT (que también lo hemos visto en clase); grosso modo, todos estos programas son muy parecidos.

Ahora bien, volviendo al tema que nos ocupa, las memorias de traducción (independientemente del programa que se esté utilizando y de cuánto haya que haber pagado para ello) tienen unas funciones básicas comunes, por lo que si se sabe manejar uno, podrá utilizarse cualquier otro sin problemas.

Captura de pantalla del programa de memoria de traducción
OmegaT. Las funciones y herramientas son, en esencia, 
iguales que las de Déjà Vu, y en lo que difieren es en la 
interfaz, que es más atractiva en el caso de Déjà Vu.
Como se dijo al principio de este tema y como hemos consolidado hoy en clase con un ejemplo práctico, en todo software de memoria de traducción son necesarios tres componentes: un proyecto, una memoria de traducción y una base de datos terminológica (independientemente del material que contengan). Así, a medida que se vayan traduciendo los distintos segmentos (ya mencioné aquí cómo el programa de memoria de traducción divide el texto en segmentos), el programa los irá incorporando a la memoria de traducción (de forma automática o a voluntad del traductor). A este respecto, el asistente de Déjà Vu es bastante simple, pues te ayuda mediante un asistente para crear un proyecto, una memoria de traducción o una base de datos terminológica, por ejemplo.

La terminología también es fundamental para la traducción, pues una buena base de datos terminológica (o un léxico, si se trata de una base de datos creada específicamente para un proyecto de traducción determinado que luego podría incorporarse a la base de datos terminológica) también le asegura al traductor que sus traducción va a ser coherente y va a ser de mayor calidad, especialmente, cuando se trate de textos especializados, donde las memorias de traducción son más productivas. El programa también puede avisar al traductor (en Déjà Vu, se puede comprobar mediante la opción de "check terminology") de que no ha traducido el término como debería (es decir, como la traducción de dicho término que tiene almacenada en la base de datos terminológica), por lo que reduce de forma drástica los despistes... lo que nos resultaría muy útil a muchos. De todas formas, procuraré ampliar este tema en otra entrada.

Déjà Vu, como decía, tiene una serie de funciones básicas. Me gustaría comentarlas, aunque sea brevemente, para que veáis que se trata de un programa muy útil para el traductor (pero insisto en que los programas de código abierto(1) como OmegaT pueden utilizarse perfectamente y con ellos puede conseguirse el mismo resultado que con Déjà Vu).

Así, algunas de estas funciones, tal y como pudimos ver en clase, son un contador de palabras (muy útil, por ejemplo, a la hora de realizar la factura y de cobrar al cliente) o un análisis bastante exhaustivo (que puede enviarse a la empresa o al cliente que hayan contratado los servicios del traductor), que ofrece un resumen de lo que está realizando el traductor, así como dónde se encuentra la memoria, cuántos proyectos contiene o distintos porcentajes (de similitud con la memoria, de repeticiones internas, es decir, si hay fragmentos que se repiten, por ejemplo), y que puede guardarse como información del proyecto, tal y como puede verse en esta captura de pantalla:

Captura de pantalla del programa de memoria de traducción
Déjà Vu, donde se muestra el análisis de un proyecto determinado.
Otra función de Déjà Vu consiste en que ofrece la posibilidad de configurar la segmentación (el programa segmenta por defecto, como ya dije, a partir del punto, pero esta configuración puede cambiarse).

Cómo el traductor se comunica con el programa de memorias de traducción

También es importante hablar no solo de las funciones, sino también de las herramientas o, de forma más general, de la interfaz del programa. Es fundamental que el traductor se comunique con el programa y, para ello, dispone de una serie de herramientas, situadas en una barra que se encuentra en la parte superior:

Captura de pantalla de Déjà Vu. La barra de herramientas
está señalada mediante un rectángulo en rojo.
Como podéis ver (y como ya habré mencionado en más de una ocasión), en la parte izquierda se sitúa el texto original, a su derecha, el meta (esta parte, como es lógico, está en blanco al principio, pues es el traductor el que debe “rellenarla” al traducirla) y en la parte de arriba se encuentra la barra de herramientas (que he señalado mediante un rectángulo en rojo), además del explorador y de las propiedades del proyecto, situados en la parte derecha.

Entre el texto origen y el texto meta hay otra barra (que esta vez he señalado mediante un rectángulo en verde), como podéis ver en la siguiente imagen:

Captura de pantalla de Déjà Vu. Lo referente a los códigos
está señalado en verde.
En esta barra se encuentra una serie de códigos que, a su vez, contienen información, por lo que es muy recomendable no eliminarlos si no se sabe qué es exactamente lo que se está suprimiendo. Recordemos que la memoria de traducción mantiene todo el formato del texto origen, aunque no lo muestre mientras el traductor está traduciendo: una vez que finalice el proyecto y lo guarde, el programa, automáticamente, volverá a incorporar toda la información del texto origen, consiguiendo un texto meta exactamente igual al texto origen en cuanto al formato; esto es especialmente útil cuando se traducen, por ejemplo, páginas webs.

Cuando hay algo que falla, el programa avisa mediante un aspa roja; lo mejor es que el traductor copie el formato de todos los segmentos del texto origen (en Déjà Vu existe una opción para hacerlo de forma automática) en los segmentos meta y se limite a traducir el texto; hay que procurar tener una actitud de “no tocar nada” para no terminar estropeándolo todo… También es más que recomendable ir incorporando cada segmento a la memoria, de forma que, si estos segmentos vuelven a aparecer, el programa los traducirá de forma automática (si el usuario ha activado la casilla de “autopropagación”(2) en las opciones); también la incorporación a la memoria se puede hacer de forma automática.

Esto es lo básico que debe saber un traductor a la hora de utilizar un programa de memoria de traducción, independientemente de cuál sea, pues es conveniente que tenga varias referencias para poder elegir el programa más adecuado para poder traducir adaptándose a la situación o al cliente: por ejemplo, el programa de código abierto OmegaT podría utilizarse al trabajar por primera vez con un cliente que no pida un formato de memoria de traducción determinado. De hecho, los programas de código abierto son una opción muy recomendable (a no ser que los clientes exijan un programa específico), dado que permiten al traductor que se habitúe a este tipo de programas (si está empezando, por ejemplo) sin haber tenido que pagar para poder utilizarlos. Además, los programas de código abierto siguen evolucionando, ya que cuentan con un equipo de desarrolladores que lo van mejorando (aunque es verdad que las herramientas gratuitas no incluyen una interfaz tan “atractiva” como otros programas de pago, pero es cuestión de acostumbrarse).

Como conclusión, es fundamental tener unas nociones básicas sobre programas de memorias de traducción, dado que, de esta forma, podrá manejarse cualquier programa de este estilo, desde Déjà Vu hasta OmegaT, aunque es verdad que unos siempre serán mejores que otros.

Actualizado (24/IV/2012): Os ofrezco tres análisis muy interesantes a propósito de las nuevas funciones de Déjà Vu X2. En esta entrada se habla sobre el deep mining, esto es, que el programa de memoria de traducción realiza un cruce de segmentos: deduce la traducción de un segmento determinado a partir de la traducción de distintos segmentos. Asimismo, en esta otra entrada, un artículo publicado en La linterna del traductor, se habla de las novedades de la versión de 2011 del programa SDL Trados Studio. Por último, en esta entrada se ofrece un resumen de las características más significativas de OmegaT, SDL Trados Studio, Déjà Vu y memoQ.

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(1)A propósito de los programas de código abierto para traductores, he incluido, en la lista de blogs de traducción, dos blogs de gran utilidad para traductores, dado que ofrecen un gran número de programas de código abierto para traductores: Software para traductores y Traducción y mundo libre. De esta forma, no pretendo hablar de los programas de código abierto en general, por lo que solo los analizaré (y, de hecho, ya lo he hecho en alguna ocasión) a propósito de la teoría con la que estén relacionados.

(2)El programa compara de forma automática el texto origen con las traducciones que contiene en su memoria de traducción, de forma que puede haber coincidencias totales, donde se efectuaría la (auto)propagación, o coincidencias parciales, conocidas como fuzzy matches. De hecho, incluso si no hay coincidencias totales, el programa muestra la traducción del segmento que sí ha reconocido y, a continuación, deja el resto del segmento en inglés, para que sea el traductor el que lo complete.

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