Doy por concluidas las entradas de Mundos Binarios de BabelA lo largo de las entradas de este blog, he tenido la oportunidad no solo de ampliar mis conocimientos con respecto a la asignatura de Informática Aplicada a la Traducción, sino también de reflexionar en profundidad sobre cuál es la utilidad de dicha asignatura.Debo decir que la informática aplicada a la traducción resulta, más que útil, fundamental para el traductor, pues con ella nos hemos introducido por primera vez en el mundo de la informática de una forma directamente aplicada al proceso de traducción. Sin embargo, no se le ha dado la importancia que merece, dado que se ha impartido en el último curso de la licenciatura y, además, solo ha abarcado un cuatrimestre, el segundo (cuando ya tenemos un pie fuera de la universidad).Con esto no quiero decir que esta asignatura sea más importante que otras que forman parte del plan de estudios de nuestra licenciatura (que con nosotros, la última promoción, ya se extingue, desgraciadamente), pero sí que es verdad que a algunas materias se les ha dado más importancia en dicho plan de estudios y a otras, menos. Es el caso de Informática Aplicada a la Traducción, en la que solo hemos podido ver de forma general aspectos y programas que, sin embargo, son de gran utilidad para el traductor, puesto que, como he explicado en la mayoría de entradas (si no en todas) de Mundos Binarios de Babel, si los tiene en cuenta, puede mejorar la calidad y la eficiencia de su trabajo en aspectos como la terminología (y la coherencia terminológica) o el tiempo que emplea en traducir determinados segmentos repetitivos (las memorias de traducción agilizan este proceso de una forma extraordinaria), entre otros.Además, estos aspectos y programas son imprescindibles para cualquier traductor, no solo en su trabajo, como acabo de decir, sino también en su currículum, puesto que cualquiera que solicite los servicios de un traductor dará por hecho que el traductor tiene un buen dominio de programas de traducción asistida como Trados (desgraciadamente, este no lo hemos podido utilizar, aunque sí hemos aprendido a trabajar con Déjà Vu, que es muy similar a cualquier otro programa de memorias de traducción) y no solo que hable inglés o francés, o que sepa cómo crear un documento nuevo en Word.Por lo tanto, como conclusión tanto de la asignatura como del blog (puesto que no escribiré más entradas, a pesar de que todavía hay muchos aspectos de la informática aplicada a la traducción de los que podría hablar), es fundamental dominar aquellos programas que facilitan la tarea traductora, como pueden ser Trados, Déjà Vu (y todas sus funciones, que no son pocas) o incluso el MS Project, OpenProj, LexTerm…, que componen una larga (y cada vez más nutrida) lista de programas. De esto se deriva el hecho de que la Informática Aplicada a la Traducción debería impartirse antes (creo que ahora en Grado se imparte en tercero) y debería abarcar, como mínimo, dos cuatrimestres, porque en uno solo no da tiempo a dar cuenta de la enorme complejidad que entraña la informática aplicada a la tarea traductora.Eso es todo por mi parte. Espero que os haya gustado el blog, que hayáis disfrutado leyendo las entradas que lo conforman y que, sobre todo, hayáis aprendido algo, aunque sea poco, sobre la asignatura de Informática Aplicada a la Traducción.
Esto fue lo que escribí hace un par de años como conclusión a este blog, ya que la asignatura de Informática aplicada a la traducción y la carrera se acercaban a su fin. Ahora, sin embargo, he decidido continuar escribiendo en este blog, ya que trabajé mucho en él, pero ampliaré sus contenidos a cualquier aspecto relacionado con la traducción (y no solo con la informática aplicada a la traducción) que considere relevante. Espero que sigáis leyéndome y que contribuyáis con vuestros comentarios.
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